La decisión del joven médico Antonio Suárez está tomada. Hace rato, muy jovencito, cuando su padre, el también galeno Amenodoro Suárez Suárez, fungía de empresario en la parte taurina de la Feria Internacional de San Sebastián, no lo despegaba un momento, siempre pendiente de cada paso que daba su padre como hombre ligado al toro.
Con su hermano, el también médico Miguel Suárez, empezaron a interesarse por esto del mundo del toro, primero asistiendo a la Escuela Taurina San Cristóbal, con el ahora desaparecido maestro César Faraco como instructor, y ya en plena carrera de la medicina, los dos hermanos siguieron inmiscuidos en el apasionante mundo de la tauromaquia, desde el toreo de salón, como asistiendo a tientas a fincas de amigos de su padre.
Ya graduado de médico cirujano, Antonio Suárez mantuvo firme su posición: "lo mío es el toreo, quiero hacerme matador de toros", fue la sentencia que hizo a sus progenitores, apoyado en el poco pero exitoso camino andado con la capa y la muleta, y respaldado por los buenos conceptos de la crítica especializada: tiene con qué llegar.
Hace tres años fue el representante de Venezuela en Aguascalientes, México, en el Festival Mundial de Escuelas Taurinas, dejando un gran ambiente, merced de todo lo enseñado con el percal.
También en plazas de Venezuela y Colombia han visto el buen repertorio muleteril, su labor de artista con la pañosa, para poco a poco ir corroborando que su afición por el toro no era un capricho, sino que va intrínseco en su razón de ser.
El año pasado, en visita que el periodista hizo a la Escuela Taurina, allá en la Plaza Monumental de Pueblo Nuevo, hablamos con el maestro César Faraco, sirviendo de testigo el abogado Manolo Ordóñez, presidente del ente formador de los ases del mañana.
Con la sabiduría que siempre caracterizó al finado César Faraco, sentenció: "Antonio Suárez es un muchacho muy artista, tiene con qué llegar, pero eso sí -fue tajante-, tiene que definir su futuro: médico o torero".
Pasados unos meses, el entonces instructor de la Escuela Taurina San Cristóbal, quien fue su primer maestro, estaba en lo cierto, el propio joven médico le ha dado la razón, pues luego de su triunfo en la Feria del Sol de Mérida en la parte novilleril, se decidió por el mundo del toro, le entregó el título de médico, la bata y el estetoscopio a sus padres y les dijo: "me voy a España a recibirme como doctor de la tauromaquia".
Sobradas razones de Antonio Suárez
Enrique "Kike" Rosales, uno de los buenos críticos taurinos de Venezuela, no se guardó nada para elogiar al joven galeno: "tiene un gran futuro, apuesta al toreo artístico, con la capa y la muleta siempre se espera de él un recital de buen toreo, demostrado cada vez que se para frente a un astado".
También soltó unas flores para Jesús Enrique Colombo, pues a su criterio son dos estilos diferentes, el hijo de Táriba es un torero de raza y poder, llega rápido al tendido, con un futuro también halagador.
Otro cronista taurino, Víctor López "El Vito", con más de medio siglo medio en los avatares del toro se sobró en elogios hacia Antonio Suárez, de acuerdo a su escrito en la columna "A los toros" en el Diario Meridiano de Caracas, después de observar la labor muleteril del joven médico en la Feria de Mérida.
"Teníamos las mejores referencias de Antonio Suárez" soltó. Pero se quedaron cortos quienes "me habían hablado del joven novillero y profesional de la medicina, pues tiene cómo llegar a ser el gran torero que Mérida, Los Andes y Venezuela reclama desde hace años. Desborda naturalidad de su clase, la que aplica a su incipiente técnica con un buen sentido estético, que lo convierte en lo que se califica en un torero artista".
En un mes viaja a España
Ya tiene apoderado en España, Antonio Suárez, "El Gallo" de Morón, el mismo hombre que lleva al "Califa" de Aragua, recién doctorado como matador de toros en la recién concluida Feria del Sol de Mérida.
También es el máximo representante del diestro español Manuel Jesús "El Cid", de excelente presentación en la Feria Internacional de San Sebastián 2012 y en la Feria del Sol de este año, lo mismo de los también matadores de toros Picaso y Palazón.
Un paso definitivo el dado por el médico cirujano Antonio Suárez, pero con la convicción que tiene un caudal de artista en su ser, con la seguridad de que en los próximos días se va a España, la cuna del toreo mundial, para en dos años convertirse en flamante matador de toros.
Que Dios reparta suerte: ganas, arte y mucho oficio tiene Antonio Suárez para irse a España y enseñar todo lo que lleva dentro, un futuro as de la torería aquí, allá y más allá.
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