Rafael Nadal-Fernando Verdasco y David Ferrer-Milos Raonic son las semifinales de la 60ª edición del Trofeo Conde de Godó este sábado en la pista central del RCT Barcelona.
Nadal va disparado hacia su séptimo título en Barcelona, donde no pierde un partido desde 2003, derrotó con facilidad (6-2 y 6-2) al serbio Janko Tipsarevic, que aguantó en pista una hora y 23 minutos antes de hincar la rodilla.
Si ayer se deshizo de un jugador desconocido procedente de la fase previa, el colombiano Robert Farah (246 de la ATP), esta tarde el ''rey de la tierra'' dio buena cuenta de uno de los ''top-ten'' del circuito.
Nadal ya advirtió en la víspera que, para ganar a Tipsarevic, octavo en el ránking mundial, tendría que jugará más agresivo, más metido en la pista que contra Farah.
Fue justamente lo que hizo: dominó a su adversario desde el primer punto, arrancó con un 4-0 demoledor y, a partir de ahí. Ya no hubo partido.
Nadal empezó también con un ''break'' el segundo set, pero contó con algo más de oposición en el serbio, que le devolvió la ruptura tres juegos después. Sin embargo, con el 2-2, el hexacampeón de Roland Garros encadenó otros cuatro juegos consecutivos para cerrar el partido.
Su rival será el también español Fernando Verdasco, el único que ha sido capaz de ganar en Barcelona en la ''era Nadal'' (lo hizo en la edición de 2010, en la que el balear no participó por lesión) y que quiere volver al colocarse entre los mejores tras superar sus problemas en la rodilla izquierda.
El madrileño, número 20 del ránking mundial, llegará descansado a este duelo, ya que su rival en cuartos de final, el japonés Kei Nishikori, se ha retirado lesionado a la media hora de juego, cuando perdía 4-2 en el primer set.
Verdasco tendrá mañana la oportunidad de ganar por primera vez en su carrera a Nadal, que ha ganado los doce duelos que hasta la fecha ha habido entre ambos.
Antes de eso, el español David Ferrer y el canadiense Milos Raonic abrirán la jornada del sábado con la primera semifinal.
Ferrer, tercer favorito del torneo, tuvo que sudar sangre durante 2 horas y 45 minutos (6-7, 7-6 y 6-3) para derrotar a su compatriota Feliciano López, en el que hasta ahora ha sido el mejor partido del torneo, y encadenar su sexta semifinal consecutiva en Barcelona.
Ferrer desperdició una bola de set en el 5-4 del primer parcial, salvó tres puntos de partido en la segunda manga -dos con 4-5 y otro en el 5-6 del ''tie break''- y culminó la remontada, con un Feliciano ya desfondado, con el 6-3 del tercer set.
El sexto jugador del ránking mundial buscará mañana su cuarta final del Godó -las tres anteriores las perdió ante Nadal- contra Raonic, verdugo hoy del escocés Andy Murray (6-4 y 7-6).
Raonic, que como Ferrer está jugando a un nivel altísimo en Barcelona tras caer en primera ronda de Montecarlo, fulminó a Murray, segundo favorito y cuarto en el ránking ATP, con su potente servicio, uno de los mejores del circuito.
Ésta era la primera vez que el número 25 del mundo derrotaba a un ''top-ten'' y este sábado podrá repetir la gesta ante Ferrer, el último escollo para alcanzar la primera final en tierra de su carrera. Los tres precedentes entre ambos, todos en 2011 (Abierto de Australia, Montecarlo y Shangai), son favorables al español.
Nadal va disparado hacia su séptimo título en Barcelona, donde no pierde un partido desde 2003, derrotó con facilidad (6-2 y 6-2) al serbio Janko Tipsarevic, que aguantó en pista una hora y 23 minutos antes de hincar la rodilla.
Si ayer se deshizo de un jugador desconocido procedente de la fase previa, el colombiano Robert Farah (246 de la ATP), esta tarde el ''rey de la tierra'' dio buena cuenta de uno de los ''top-ten'' del circuito.
Nadal ya advirtió en la víspera que, para ganar a Tipsarevic, octavo en el ránking mundial, tendría que jugará más agresivo, más metido en la pista que contra Farah.
Fue justamente lo que hizo: dominó a su adversario desde el primer punto, arrancó con un 4-0 demoledor y, a partir de ahí. Ya no hubo partido.
Nadal empezó también con un ''break'' el segundo set, pero contó con algo más de oposición en el serbio, que le devolvió la ruptura tres juegos después. Sin embargo, con el 2-2, el hexacampeón de Roland Garros encadenó otros cuatro juegos consecutivos para cerrar el partido.
Su rival será el también español Fernando Verdasco, el único que ha sido capaz de ganar en Barcelona en la ''era Nadal'' (lo hizo en la edición de 2010, en la que el balear no participó por lesión) y que quiere volver al colocarse entre los mejores tras superar sus problemas en la rodilla izquierda.
El madrileño, número 20 del ránking mundial, llegará descansado a este duelo, ya que su rival en cuartos de final, el japonés Kei Nishikori, se ha retirado lesionado a la media hora de juego, cuando perdía 4-2 en el primer set.
Verdasco tendrá mañana la oportunidad de ganar por primera vez en su carrera a Nadal, que ha ganado los doce duelos que hasta la fecha ha habido entre ambos.
Antes de eso, el español David Ferrer y el canadiense Milos Raonic abrirán la jornada del sábado con la primera semifinal.
Ferrer, tercer favorito del torneo, tuvo que sudar sangre durante 2 horas y 45 minutos (6-7, 7-6 y 6-3) para derrotar a su compatriota Feliciano López, en el que hasta ahora ha sido el mejor partido del torneo, y encadenar su sexta semifinal consecutiva en Barcelona.
Ferrer desperdició una bola de set en el 5-4 del primer parcial, salvó tres puntos de partido en la segunda manga -dos con 4-5 y otro en el 5-6 del ''tie break''- y culminó la remontada, con un Feliciano ya desfondado, con el 6-3 del tercer set.
El sexto jugador del ránking mundial buscará mañana su cuarta final del Godó -las tres anteriores las perdió ante Nadal- contra Raonic, verdugo hoy del escocés Andy Murray (6-4 y 7-6).
Raonic, que como Ferrer está jugando a un nivel altísimo en Barcelona tras caer en primera ronda de Montecarlo, fulminó a Murray, segundo favorito y cuarto en el ránking ATP, con su potente servicio, uno de los mejores del circuito.
Ésta era la primera vez que el número 25 del mundo derrotaba a un ''top-ten'' y este sábado podrá repetir la gesta ante Ferrer, el último escollo para alcanzar la primera final en tierra de su carrera. Los tres precedentes entre ambos, todos en 2011 (Abierto de Australia, Montecarlo y Shangai), son favorables al español.
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