El británico Andy Murray escapó de la derrota, y en un duelo lleno de errores en el que logró salvar un punto de partido, sumó el título 26 de su carrera, el segundo este año, al vencer al español David Ferrer por 2-6, 6-4 y 7-6 (1) en la final de Miami.
El denominado "Quinto Grand Slam" continúa inasequible para el tenis español que lleva ya seis finales en busca de este trofeo sin éxito. Murray, en una extraña final, con altibajos por ambos lados, y con 15 roturas, siete de ellas en el último parcial, revalidó el título obtenido en 2009, después de dos horas y 45 minutos de lucha, y recuperó el segundo puesto mundial, que ya disfrutó tres semanas en agosto de 2009.
Ferrer, que cumplirá 31 años este próximo martes, tuvo el partido en su mano en el duodécimo juego del tercer set (6-5) cuando después de haber tenido que recurrir tres veces al fisioterapeuta de la ATP por calambres en la parte externa del muslo izquierdo, dispuso de bola de partido.
En esa jugada, y a la postre, tomó una decisión equivocada al pedir la última revisión de "Ojo de Halcón" que le quedaba en una bola dudosa a la línea de fondo del escocés.
La bola dio claramente dentro y la oportunidad de Ferrer se esfumó porque en el desempate el español apareció derrotado, cansado y con demasiados fallos, y Murray lo tuvo fácil para imponerse con claridad.
"Ahora estoy un poco triste pero Murray también se lo ha merecido", dijo Ferrer en la entrega de trofeos al referirse al punto que pudo cambiar el partido, y con el que pudo acabar su mala racha en finales contra jugadores situados entre los cinco primeros del mundo, 0-13 ahora.
Esa victoria coloca a Murray en el segundo puesto de la lista mundial de mañana lunes, solo adelantado por el serbio Novak Djokovic y seguido por el suizo Roger Federer y el propio Ferrer que recupera el cuarto puesto, por delante de su compatriota Rafael Nadal.
El partido comenzó claramente de cara para el español que tras salvar dos puntos de rotura en el primer juego se colocó con ventaja de 5-0. Murray, fuera de la pista, cometió 19 errores no forzados pare entregar este parcial.
Los mismos 19 fallos de Ferrer en el segundo sentenciaron el segundo acto para el británico, que a pesar de sus dobles faltas (siete durante todo el encuentro) logró apuntárselo.
El tercero fue una constante ruleta rusa, con seis roturas consecutivas y varios puntos disputados hasta la extenuación, uno de ellos con 29 intercambios. El físico de Ferrer, que casi siempre le ha dado una privilegiada dominio ante sus rivales en aquellos partidos que se alargan, le pasó factura esta vez.
Murray sacó provecho de esa resurrección y tuvo la serenidad y la experiencia para materializar una victoria que le otorgó un cheque por 719.160 dólares.
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