El estadio Maracaná se estrenó sin problemas, con el amistoso Brasil-Inglaterra, considerado por la organización como un evento de prueba para la Copa Confederaciones, a pesar de que están pendientes algunas obras dentro y fuera del recinto.
No se registraron incidentes en este amistoso, al que asistieron cerca de 66.000 espectadores, según dijo en una rueda de prensa el director general del Comité Organizador Local (COL) del Mundial de 2014, Ricardo Trade.
"Todo funcionó bien, fuera y dentro del estadio. Fue el mejor test de todos", dijo Trade, en relación a las dudas que surgieron por la seguridad de los aficionados debido a las obras pendientes en los alrededores del recinto.
Un tribunal de Río de Janeiro ordenó el jueves pasado la suspensión del amistoso por estas obras, pero la orden fue revocada por una instancia superior el mismo día.
Los obreros trabajaron hasta la madrugada de hoy para adecentar los accesos del estadio y cubrir con tierra y grava las zanjas que estaban abiertas hasta la víspera.
Con 76.000 localidades, el Maracaná es el estadio de mayor aforo del Mundial de 2014, cuando recibirá la final, al igual que en la Copa Confederaciones.
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