La actividad previa al sorteo universitario se centró en la organización de los Rockets de Houston que enviaron al alero Chase Budinger a los Timberwolves de Minnesota a cambio de los derechos del número 18 en la anual cita con los mejores prospectos del baloncesto colegial y jugadores extranjeros.
Los Timberwolves quieren experiencia y a un jugador que conoce el sistema del entrenador Rick Adelman, además que tiene un salario asequible de sólo 945.000 dólares para la próxima temporada.
Mientras que los Rockets buscan conseguir un jugador alto con proyección de futuro que les ayude en las acciones bajo los aros, donde la pasada temporada tuvieron todos los problemas del mundo.
De esta manera los Rockets se aseguran la elección de jugadores con los derechos que poseen del número 14, 16 y 18 en un sorteo universitario que los seguidores de talentos consideran va a llegar mucho talento.
El objetivo de los Rockets es conseguir los jugadores jóvenes que puedan ayudar de cara al futuro junto a una de las estrellas de la NBA, que el equipo espera conseguir en el mercado de los agentes libres, incluido el pívot Dwight Howard, de los Magic de Orlando, y el ala-pívot Josh Smith, de los Hawks de Atlanta.
Los Rockets no quieren sufrir de nuevo la frustración de quedarse sin la llegada de un jugador estrella como sucedió el año pasado cuando el comisionado de la NBA, David Stern, bloqueó el traspaso del ala-pívot español Pau Gasol.
Mientras que los Timberwolves quieren tener a jugadores que ayuden y le den madurez al equipo, especialmente en la posición de escolta-alero, donde la pasada temporada estuvieron escasos.
La grave lesión del base novato español Ricky Rubio hizo que los Timberwolves descubriesen que tenían jugadores demasiados bajos y altos, pero pocos intermedios que tuviesen calidad en los tiros a canasta desde cualquier posición alrededor del perímetro.
Budinger, formado en la Universidad de Arizona, jugó las dos primeras temporadas de profesional bajo la dirección de Adelman, que ahora vuelve a confiar de nuevo en la facilidad que tiene a la hora de anotar nada más que sale al campo.
El nuevo jugador de los Timberwolves, la pasada temporada con los Rockets, logró promedios de 9,6 puntos y 3,7 rebotes, además de lograr un 40,2 por ciento de acierto en los tiros de campo.
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