Pancartas con mensajes de cariño, mosaicos y hasta una bandera gigante con la foto del nuevo dorsal número 10. Así fue, envuelto en un ambiente festivo, el recibimiento brindado por la hinchada del Botafogo este domingo al neerlandés Clarence Seedorf en el partido de su debut en la liga brasileña. Y había motivos de sobra para ello: después de meses de “cortejo”, el ex centrocampista del Milan rechazó propuestas de otros clubes y decidió dar el sí al equipo de Río de Janeiro, convirtiéndose en la principal incorporación del fútbol brasileño durante el actual periodo de fichajes, y en una de las mayores que se hayan visto nunca en Brasil.
Las altas cifras manejadas durante la negociación impresionaron, pero el Botafogo no es el único que ha tirado de chequera. Pocos días después de la llegada de Seedorf, el Internacional se hizo con los servicios del Balón de Oro adidas de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010™, Diego Forlán, mientras que el Corinthians reforzó el plantel que disputará la Copa Mundial de Clubes de la FIFA con el peruano Paolo Guerrero, ex del Hamburgo y máximo realizador de la última Copa América.
Estas contrataciones han confirmado una tendencia que venía ganando fuerza en los últimos años: los clubes brasileños, antes exportadores, han pasado a mirar al exterior como una oportunidad real de fortalecer sus planteles, y compiten con mercados teóricamente más atractivos gracias a los excelentes contratos y salarios que se abonan en el país. La diferencia es que, esta vez, las inversiones no se centran en los propios jugadores brasileños, sino en extranjeros de renombre.
“La liga brasileña, a día de hoy, está entre las mejores del mundo, y la calidad de los que llegan así lo confirma. Es algo muy positivo, no cabe duda”, apunta el experimentado medio Zé Roberto —otro de los recientes fichajes destacados—, en una entrevista con FIFA.com. “Por los grandes nombres con que cuenta, se está convirtiendo en el principal campeonato que se disputa en el mundo, con varios candidatos al título. Y el nivel de estos futbolistas va a hacer que los clubes de Brasil sean todavía más fuertes”.
Se trata, como afirma Zé Roberto, de una ecuación relativamente simple, en la que todos salen ganando: los clubes obtienen beneficios a través de acciones de marketing y consolidación de la marca; para los jugadores, es una oportunidad de estar antes en el escenario de la próxima Copa Mundial de la FIFA; para el fútbol brasileño, representa un gran reclamo. “La tendencia, a partir de ahora, es que otros jugadores sigan este camino”, apuesta Zé Roberto. “Muchos van a querer hacerlo, y eso es bueno para Brasil. A buen seguro ayudará en el próximo Mundial”.
Una tendencia no tan nueva
La contratación de un neerlandés cuatro veces campeón de Europa es algo sin precedentes, del mismo modo que la del mejor futbolista de Sudáfrica 2010 ha supuesto un paso adelante en un proceso iniciado ya el pasado decenio: debido a la fortaleza de la moneda, cada vez era más habitual ver a deportistas sudamericanos cruzar la frontera para defender los colores de clubes brasileños.
Desde figuras de Argentina, Uruguay o Chile a revelaciones de Paraguay o Perú, esta llegada masiva de jugadores de la región es imparable. Así, Forlán y Guerrero acompañarán a hombres como Andrés D’Alessandro, Jorge Valdivia, Walter Montillo, Pablo Guiñazú, Marcelo Moreno, Jesús Dátolo, Hernán Barcos, Luis Ramírez o Alejandro Martinuccio, entre otros, que aportan un toque de idioma español a la liga brasileña.
Al mismo tempo, el mercado de fichajes procedentes del extranjero ha ofrecido a muchos conjuntos la ocasión de repatriar a jugadores que han actuado en la Seleção, otra de las tendencias constatadas en los últimos años. Al igual que el Grêmio con Zé Roberto, su vecino y rival de Porto Alegre, el Inter, ha traído de vuelta al central Juan, ex del Roma. Ambos repetirán el camino recorrido recientemente por Ronaldo, Ronaldinho Gaúcho, Adriano, Luís Fabiano, Juninho Pernambucano, Elano o Gilberto Silva.
Todos, sin excepción, regresaron tras protagonizar notables carreras en Europa, y no son pocos quienes todavía tienen sueños que cumplir, y bastante margen para hacerlo. “Mucha gente piensa que los jugadores mayores de 30 años ya son viejos, pero el propio Seedorf tenía ofertas en Europa”, asegura Zé Roberto, de 37. “Otros que están aquí y que han venido antes también se encuentran muy bien. Hay mucha gente rompiendo tópicos”.
El centrocampista del Grêmio, en gran estado de forma, es una autoridad en la materia, y estuvo presente en el Engenhão este domingo, en el reencuentro con quien había sido compañero suyo en el Real Madrid. En la fiesta de Seedorf —irregular dentro de la cancha en su estreno—, fue él quien habilitó al boliviano Marcelo Moreno para que marcase el gol de la victoria visitante, mostrando que el nuevo ídolo de los seguidores del Botafogo tendrá que correr contra el reloj para adaptarse a un fútbol de mucha velocidad. Forlán y Guerrero están pues avisados.
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